De Madrid al Zielo (Línea Z) (Spanish Edition) by Alfonso Zamora Llorente

De Madrid al Zielo (Línea Z) (Spanish Edition) by Alfonso Zamora Llorente

autor:Alfonso Zamora Llorente [Llorente, Alfonso Zamora]
La lengua: eng
Format: epub
publicado: 2013-10-29T03:25:00+00:00


El convoy avanza ágilmente por la Castellana; los coches que en un principio estorbaban en la calzada se apartaron con el tanque en las primeras salidas de reconocimiento, y ahí siguen, destrozados contra las aceras y jardines que recorren toda esta vía emblemática de Madrid.

Es el camino más seguro, y aunque la calle está plagada de muertos, ya saben que las autopistas están completamente colapsadas.

Los infectados acuden al paso de los tanques, atraídos por el ruido y el movimiento, y seguramente también por nuestro olor. El hambre puede con ellos, y su rabia también.

Yo voy en el Leopard con Iker, y según me cuenta, cuando la gente empezó a huir, lo primero que eligieron fueron las vías de circunvalación M-30 y M-40.

-Toda la gente que vio que la situación era irremediable cogió lo poco que pudo y a sus familias y se encaminó a las carreteras en dirección a otros pueblos, y en general, a la sierra, ya que desde el gobierno se insistía en la seguridad que esos pueblos ofrecían - comenta.

Iker hace una pausa para observar por la escotilla las llamas del Museo del Prado, ya casi extinguidas, pero aún latentes.

-Pero el lugar donde se cometió el principal error, y sobre todo el más horrible, fue en los túneles de la M-30. La Policía Municipal empezó a desviar el tráfico hacia esa zona, con el fin de aliviar la carretera de Burgos, sin saber que estaban enviando a toda esa pobre gente a su muerte. Por supuesto, el túnel se atascó inmediatamente, y muchos de los conductores de los coches, ante la ausencia de movimiento de la caravana, decidieron abandonar sus vehículos y salir a pie. Muchos de ellos ya estaban infectados y murieron allí mismo, otros fueron atacados por grupos de muertos que entraban como enjambres por las salidas de emergencias. El caos fue total y la masacre, horrible; en ese túnel murieron miles y miles de personas en cuestión de horas, muchos de ellos sin poder salir de sus coches, sin ninguna posibilidad de escapar. Y por supuesto, todos ellos fueron resucitando paulatinamente, convirtiendo el túnel en un holocausto de inocentes y aterrorizados vecinos de Madrid. Fue horrible, no pudimos hacer nada por ellos.

El relato es escalofriante, sólo imaginarme la escena me pone los pelos de punta. Apenas hace unos meses, circulaba libremente por esos túneles, unos túneles que tuvieron a Madrid patas arriba durante varios años. Tantas obras y tanto esfuerzo para convertirse en un matadero en plena calle.

Iker me comenta que lograron bloquear varias salidas de los túneles, pero alguna quedó libre debido a que el ejército empezó a tener innumerables bajas en sus filas, y los que quedaban fueron enviados a la sierra para cortar carreteras y proteger a la gente que salía de la capital.

Les dejaron solos, les dejaron morir como a perros, y cortando las salidas, les encerraron como a un ratón en el terrario de una serpiente, que lentamente se acerca a su víctima para devorarla sin dar oportunidad alguna a una posible huida.



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